sábado, 24 de julio de 2010

El asecho de la bruja....

Como todas las historias de la Balsa esta es una de ellas.
En unas humildes casas pertenecientes a miembros de la familia Herrera, vivía un muchacho llamado Eduardo Herrera, en la vivienda que el habitaba todos los días en el techo de la casa se escuchaban unos ruidos que irrumpían la tranquilidad de la noche, algo misterioso que siempre lo asustaba, esa cosa misteriosa se dejaba resbalar por el techo, creando un sonido que hacia erizar la piel, se sentía en el ambiente un frío intenso a pesar que eran noches de verano, el sonido se podía comparar como cuando un gato se resbala por una teja de aluminio, aquel sonido misterioso comenzaba alrededor de las 10:00 y se prolongaba hasta pasadas las 11:00 todos los días de la noche , todos los miembros de la familia estaban intranquilos, y querían saber que era lo que se dejaba resbalar por el techo. Ellos llegaron a pensar que era una de las gallinas que tienen en el patio o a lo mejor uno de los gatos que tenia el dueño del supermercado, que no quedaba muy lejos de la casa, los padres de Eduardo quisieron saber que era pero cuando se asomaban solo se notaba un bulto negro en el caballete del techo , una vez consiguieron una linterna de alta potencia y alumbraron, pero de repente se vio volar algo que tenia forma de ave pero era muy grande para ser un ave, pues las aves de la región son de tamaño mediano. Al comentar con los vecinos, uno de ellos, Don José del Carmen, persona muy conocida en la región por ser fundador de la vereda y pescador de profesión , comento que eso era una bruja y que por las características de sus sonidos era que venia por alguno de los jóvenes que vivían allí. Dijo: Ellas generalmente busca jóvenes que no se encuentran bautizados. Los padres de Eduardo recordaron que Juan, hermano de Eduardo no estaba bautizado y que estaba por cumplir 12 años, Don José recomendó a la familia que lo mejor era que el muchacho se bautizara lo más pronto posible, pero los padres de Eduardo se asustaron tanto que enviaron a Juan a Villavicencio donde una tía, y desde entonces nunca más se volvió a escuchar el misterioso ruido.
…FIN…

Escritora: Yorladys Peña Criollo grado 8°

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