sábado, 24 de julio de 2010

LA TABLA OUIJA

La Tabla Ouija
Esto más que un cuento es un relato de algo que verdaderamente sucedió en mi vereda, de este hecho fuimos testigos todos sus habitantes. La trama de esta historia comienza así: La señora Elmira Fernández de la vereda la balsa viajaba mucho al municipio de Puerto Gaitán siempre viajaba con sus amigas, y en el camino una vez que se detuvo el bus por casualidades de la vida había tirada en el suelo una tabla ouija como ellas no sabían para que servía, por pura curiosidad decidieron averiguarlo. Sin saber que esto les iba a salir muy pero muy caro.
Fueron donde un brujo que reside a las afueras de Gaitán, lo primero que él les dijo fue esto es peligroso, pero como las señoras tenían mucha curiosidad, les conto el procedimiento para poder utilizar la tabla ouija. A los días del viaje llegaron a sus casas, la señora Elmira Fernández citó a sus amigas a la casa. Al otro día sus amigas llegaron, Elmira sacó la tabla ouija y empezaron a utilizarla. Todos los días jugaban pero como veían que no tenía nada de gracia no volvieron a jugar por unos días.
La señora Elmira dijo yo no me voy a quedar con la curiosidad de cómo es que funciona esto, jugaba y jugaba embocando espíritus y no pasaba nada. Pasaron tres días. De repente una noche muy oscura, con una brisa intensa, se comenzó a sentirse mucho frío, era un frío extraño ya que en la vereda la temperatura es templada en las noches. Según cuenta Don Ricardo esposo de la señora Elmira. Ella de repente se puso roja, volteaba los ojos, se arañaba intensamente, se golpeaba, esa noche fue horrible para ellos. El marido Ricardo tubo que acostarla en la cama y con un lazo atarla, ella seguía convulsionando se revolcaba en la cama daba unos grito como un mounstro por dentro, los hijos de ver así a la mamá lloraban y el marido Ricardo no sabía qué hacer, la gente al escuchar esos gritos tan espantosos se acercaron a la casa donde ella estaba y preguntaron qué pasaba el señor Ricardo les dijo: Elmira está mal pero no se que tiene. Doña Marina una vecina del lado de la casa le dijo que como estaba reaccionado. Él le dijo: pues ella se rasguña la piel, se pega contra la pared, me escupe y además dice cosas que yo no entiendo. La Señora Marina le dijo: eso es un espíritu malvado que tiene dentro, y hace que ella reaccione de esa manera. Asustado sudando de los nervios Ricardo dijo: pero no entiendo cómo pudo pasar esto. La Señora Marina le dijo lo único que podemos hacer es llamar un sacerdote para que le saque ese espíritu que tiene, al rato cuando el sacerdote llegó, entró y al verlo, la señora Elmira reaccionó arrojándole una babaza verde y maldiciendo al sacerdote, luego le hablaba pero en otro idioma a lo que el sacerdote le respondía en el mismo idioma, era terrible, de pronto el sacerdote dijo: tienen que hacer una cruz, con palo de Agua de Monte, Ricardo se fue corriendo y no tardo mucho tiempo cuando llego con ella, se la entrego en la mano al sacerdote le puso la cruz al frente de ella y dijo estas palabras, sal Satanás sal Satanás sal y al mismo tiempo le arrojaba agua bendita, la habitación se comenzó a llenar de un humo con olor a azufre, se sentía que se movían todas las cosas. Ella empezó a temblar botaba baba muy espumosa por la boca y se desmayo, esto sucede cuando se le mete un espíritu, las persona queda muy débil, explicaba el sacerdote. Luego se quedó en la habitación con Elmira y ella le contó todo lo que había ocurrido, el sacerdote tomo una parte de su blanca sotana y envolvió la tabla y se la llevó. Las señoras de mi vereda con esto que pasó no les quedaron ganas ni siquiera de reunirse a charlar y mucho menos del tema.
Fin
Autora: Andrea Giraldo Andrade Grado 8°

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